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miércoles, 3 de abril de 2013

Germinados

 

¿Qué son los Germinados?

Cuando ponemos semillas en contacto con el agua, el aire o el calor, por ejemplo, estas empiezan a brotar, es un proceso que nos da por resultado el germinado de la semilla misma.
Se dice que la técnica de cultivo de los germinados ya aparecía en las Escrituras de los Esenios que vivían en Israel y en Egipto. Ellos se alimentaban de todo lo que la tierra les daba, ya que los productos que obtenían de la misma contenían todos los nutrientes necesarios para llevar “una buena vida”.
Vasco de Gama y Magallanes pudieron completar sus largas travesías gracias a que su tripulación se alimentaba con germinados, segùn cuenta la historia. En China, hacia el año 3.000 a.C, el emperador Sheng Nung Pen Tsao recomendaba a su pueblo incluir en la dieta el consumo diario de germinados, sobre todo los derivados de legumbres, acompañados de verduras y frutas variadas. Escribió un libro que más adelante, hacia el 2500 a.C , fue continuado por Tao Hung King.
Los estudios siguientes señalan las propiedades medicinales de las semillas en estado germinativo por lo que se deduce que eran utilizados como medicina antes que en preparaciones culinarias.
Los esenios elaboraban pan con trigo germinado. Los brotes de trigo también formaban parte de la comida de los ejércitos romanos en campaña. Y si saltamos unos cuantos años nos encontramos con Hildegard Von Bingen (Alemania) en el 1.100 d.C, considerada la madre del naturismo occidental, quien también los recomendaba al igual que Mahatma Gandhi.
Pero no podemos dejar de mencionar a la legendaria figura del capitán Cook, quien en el siglo XVIII logró salvar del escorbuto durante tres años a su tripulación. ¿Cómo? Dando de beber cada día un te de malta elaborado con semillas germinadas.
Tanto la Primera como la Segunda Guerra Mundial también fueron campos de experimentación del valor medicinal de las semillas germinadas.
En los países africanos es común la elaboración y uso de cereales germinados, como el trigo burgol.
A pesar de todas estas experiencias y de la larga historia de Oriente, fue recién a partir de los años 70 que empezaron a despertar mayor interés en Occidente. Hoy podemos aprender a prepararlos o encontrar brotes en negocios especializados y en supermercados.

Cuando las semilla brota, un pequeño tallo y una hoja empiezan a crecer, si dejásemos que se desarrollase completamente se convertiría en una planta que nos ofrece frutos y semillas para volver a germinar.
La germinación es más conocida a nivel industrial, sobre todo en la producción de bebidas que se obtienen por brotado y malteado de cereales (cerveza, malta líquida, café malta, whisky). Por fortuna los germinados no pueden industrializarse a gran escala y obligan a la producción casera o artesanal, lo cual garantiza genuinidad y nos preserva de la artificialización.
Hoy en día la mayoría de la comida está contaminada (a no ser que sea ecológica, y aún con dudas); los germinados son los alimentos menos contaminados que podemos encontrar, ya que los granos que germinan sólo lo hacen cuando están sanos, porque a cierto nivel de degeneración, las plantas dejan de ser capaces de reproducirse.



Semillas: del estado latente a la manifestación plena de la energía vital


En síntesis, la germinación garantiza el más alto valor nutricio, la mayor eficiencia metabólica, el menor impacto ambiental, menor cantidad de toxinas a nivel corporal, la máxima vitalidad energética y el costo más bajo. Sin duda alguna, los germinados son el mejor método cuando nuestro organismo quiere obtener energía vital concentrada.


¿Qué es lo que ocurre exactamente con la semilla al germinar?

Las semillas almacenan en un pequeño espacio la mayor cantidad de energía posible. ¿Cómo? Comprimiendo esa energía en forma de hidratos de carbono y lípidos. Pero con la germinación es necesario desdoblar esos compuestos en otros más simples y mejor utilizables por el embrión de la planta. Por lo tanto, no absorbe nada de la tierra, sino que se trasforma en compuestos simples más digestivos y nutritivos, dando lugar a proteínas y glucosa (azúcares), con una producción ingente de vitaminas en el proceso, sobre todo A, B (del grupo B2 y B6) y E. Así mismo, en estas reacciones bioquímicas se producen bacilos, enzimas y probióticos naturales, que benefician la digestibilidad y al sistema inmunológico. Todas estas reacciones bioquímicas se producen para poder alimentar al embrión de la planta, ya que en los primeros estadíos carece de raíces y hojas y por tanto no puede nutrirse de la tierra ni realizar la fotosíntesis.
La semilla, al germinar genera estos nutrientes que el embrión va agotando a medida que crece. Por eso cuando ya ha brotado y desarrollado las primeras raíces y hojas, estos nutrientes han sido consumidos por el embrión quien ya sí es capaz por sí mismo de nutrirse de la tierra y realizar la fotosíntesis. Los brotes, han agotado estos nutrientes tan valiosos, transformándolos fundamentalmente en fibra y celulosa, ricos es caróteno y clorofila. Su aporte nutricional es muy similar, entonces, al de las verduras verdes, pero más ricos en proteínas que éstas y mucho menos que los germinados. Cualquier semilla, sea de la planta que sea, si está viva germinará en las condiciones adecuadas.
En el proceso de germinación se detectan varias reacciones químicas, entre las cuales podemos destacar la síntesis de enzimas con cambios químicos que no se supera en ningún estado posterior del grano por su riqueza en: vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas y demás sustancias biológicas.

Contamos con la posibilidad de reproducir en la mesa de nuestra cocina lo que naturalmente ocurre cuando las semillas germinan en la tierra, es un recurso nutricional de primer orden, hoy todavía subestimado, pero que podría convertirse en “alimento estrella” del futuro. Frente a crisis alimentarias y ambientales, podremos sobrevivir con los brotes generados por una bolsa de semilla, un poco de agua y un ambiente donde germinar. En el ámbito hogareño podremos disfrutar de un triple beneficio: producir alimentos de alta calidad a bajo costo, garantizar la ausencia de contaminantes y generar salud y vitalidad para el grupo familiar.
La riqueza nutritiva y energética presente en los primeros días de desarrollo en las semillas germinadas, nunca más volverá a presentarse en toda la vida de la planta. De allí la importancia de consumir los brotes en el momento justo, a fin de aprovechar eficientemente este verdadero milagro natural.

En resumen, los beneficios que aporta el consumo de los germinados son:
  • Alcalinizan el cuerpo.
  • Regeneran la sangre.
  • Tonifican el sistema nervioso.
  • Regulan del sistema endocrino.
  • Favorecen el metabolismo por su acción reconstituyente.
  • Contribuyen a mantener la elasticidad de las arterias y la vitalidad del sistema glandular.
  • Rebajan el índice de colesterol.
  • Son antioxidantes, combaten la acción de los radicales libres.
  • Estimulan las secreciones del páncreas.
  • Mejoran el funcionamiento intestinal, alivian el estreñimiento, fortalecen el intestino y la flora intestinal, contribuyen a eliminar gases y desechos.
  • Favorecen los procesos de desintoxicación, depuración y eliminación de toxinas almacenadas en los tejidos o en la sangre.
  • Combaten los efectos del raquitismo, escorbuto, descalcificación, diabetes, problemas de la piel.
  • Su consumo está recomendado en casos de anemia por su riqueza en clorofila.
  • Tienen en nuestro cuerpo, el mismo efecto que las plantas verdes sobre el aire: lo sanean por dentro.
  • Proporciona más vitalidad y hacen que desaparezca el agotamiento general y el cansancio.
  • Retrasan el envejecimiento, sus componentes permiten que las células del cuerpo se mantengan jóvenes durante más tiempo.


¿Qué se puede germinar?

Se pueden germinar multitud de semillas que sean aptas para gerninados y consumo humano:
  • Alfalfa.
  • Fenogreco .
  • Lentejas.
  • Poroto mung (con estos porotos se hacen los falsos brotes de soja que venden en el mercado)
  • Rabanitos.
  • Puerros.
  • Girasol.
  • Trebol.
  • Zanahoria.
  • Remolacha.
  • Hinojo.
  • Ajo.
  • Garbanzos.
  • Trigo.
  • Sésamo.
  • Las semillas de lino, chía y trigo sarraceno tienen una germinaciòn un tanto difìcil y algo más especial , entonces teniendo tantas opciones porque querer germinar justamente estas no?

Hay que tener en cuenta que las semillas de solanáceas (tomate, pimiento, berenjena, patata, etc.)
resultan tóxicas y no son válidas para germinar.

Aquí tienen un post de como germinar alfalfa pero la técnica es la misma para todas las semillas.

"Que tu alimento sea tu medicina..."
Patry

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